Por regla general, la sanidad española ha tenido una muy buena consideración a la hora de ser comparada con la sanidad de otros países de nuestro entorno, al menos hasta antes de que llegara la crisis económica del 2007 y comenzaran los recortes en esta materia, tal y como ocurriera en una buena cantidad de sectores de primera importancia dentro de nuestro país. A pesar de todo, la sanidad de este país sigue estando por encima de las de muchos países de la Unión Europea. No cabe duda de que esta es una muy buena noticia de cara a nuestros intereses.
Pero hay una cosa que no entra dentro de esta valoración, y es lo que tiene que ver con las farmacias en nuestro país. ¿Las farmacias españolas están valoradas tanto como nuestra sanidad? La respuesta es que sí, aunque de ello se suela hablar menos que del sistema sanitario tal y como lo conocemos. El sistema de farmacias que tiene España se sitúa a la vanguardia de Europa y es la envidia de buena parte de los países de este continente. Desde luego, tenemos motivos más que de sobra para estar orgullosos.
Una noticia publicada en la página web Portalfarma informaba de la apertura de la farmacia número 22.000 en nuestro país, algo que, según se podía leer en dicho artículo, dotaba a nuestro país de una estructura farmacéutica única y que había sido bien valorada por parte de muchos expertos y de buena parte de la población. En efecto, la división y la estructura de la geografía farmacéutica en España hace que un alto porcentaje de nuestra gente tenga comodidades para acceder a ellas, si bien todavía sería posible mejorar al respecto.
Otro artículo, en este caso perteneciente a la web Statista, informaba del número de farmacias que hay en cada una de las 17 Comunidades Autónomas de este país, destacando Andalucía y Cataluña en lo alto de la clasificación. Madrid aparece en tercera posición a causa de que comprende un terreno más pequeño y todo el mundo tiene más fácil y a menos distancia uno de estos establecimientos. Hasta ahora, esta clasificación nos la podíamos esperar casi todos y todas.
Nos ha llamado poderosamente la atención que comunidades como lo son Castilla y León y Castilla La Mancha formen parte de la parte alta de esta clasificación, teniendo en cuenta que son terrenos en los que existen pueblos muy pequeños y zonas casi deshabitadas. No cabe duda de que esta es una noticia excelente, porque desde la organización farmacéutica se está peleando por el hecho de que haya una farmacia disponible a una distancia relativamente cómoda para todo el mundo, aunque viva en un lugar semivacío.
Un elemento fundamental para garantizar el bienestar de las personas
Una farmacia es un elemento clave dentro del sistema sanitario español, aunque para valorar este sistema no se suela tener en cuenta la calidad y la distribución de este tipo de establecimientos. Hemos charlado de este tema hace apenas unos días con los profesionales de la Farmacia San Félix 75. Las conclusiones que nos comentan son que, a pesar de que este es un mercado en el que es muy difícil entrar a causa de las barreras que existen al respecto, la organización es bastante mejor que la de hace algunos años. Seguir ampliando horizontes y mejorar es algo que, dentro de este sector, sigue teniéndose en cuenta.
Es necesario que las instituciones públicas se muestren partidarias de reducir el número de problemas que se les pone a las farmacias para operar, a fin de hacer más eficiente y eficaz si cabe a este sector. Está claro que la regulación debe ser un pilar fundamental para garantizar la calidad del servicio y de los productos que están asociados a él, pero no es menos verdad el hecho de que, cuantos más problemas y trabas se pongan, más difícil será prestar al ciudadano un servicio ideal, que es lo que verdaderamente cuenta.
Estamos seguros de que, en los próximos años, vamos a seguir mejorando en lo que respecta a este tema. Es algo que la sociedad está pidiendo y que, antes o después, tendremos que conseguir. Todo lo que sea agilizar y mejorar un servicio hará que todo el mundo se muestre más contento con su funcionamiento. Y eso implicaría que la calidad de vida de la gente, de nuestra gente, sea al menos un poco mejor. Esto merece la pena. Nadie se puede arrepentir de hacer posible que los de su alrededor vivan mejor y estén protegidos en una mayor medida.