La ortopedia estudia las deformidades que se producen en el cuerpo humano provocando alguna variación en la actividad del aparato locomotor.
En la actualidad, disponemos de técnicas de cirugía, aparatos y tratamientos preventivos y correctores, e incluso tiendas de ortopedia online como Interortopedia, en las que adquirir productos que hagan la vida más fácil de aquellos que sufren movilidad limitada o que ven reducido el manejo y realización de actividades cotidianas.
Pero, ¿desde cuándo existen todas estas ayudas y tratamientos? ¿Cómo surgió la ortopedia?
Aunque tenemos evidencias de enfermedades ortopédicas ya en el neolítico (conservación de sarcófagos para personas con enanismo), su desarrollo como rama especializada ha sufrido un proceso largo. Susruta diferenciaba ya entre malformaciones congénitas y hereditarias, e Hipócrates utilizaba ya métodos clínicos similares a los actuales (por ejemplo, conocía el cuadro clínica de las luxaciones de cadera, incluso la causa por infecciones).
Galeno clasificó la lordosis, la cifosis y algunas lesiones de rodilla.
Durante el siglo XVI se desarrollaron algunos aparatos para mejorar el desarrollo de niños con problemas durante el crecimiento, como los pies zambos o las deformidades en el tronco y las extremidades. En el siglo XVII se trató la escoliosis con ayuda de una coraza y se realizaron descripciones del raquitismo. En el XVIII se describe la esponditis tuberculosam, y surge ya el nombre “ortopedia”.
El término aparece citado por primera vez en un libro de Nicolas Andry en 1741 para referirse a las deformidades durante los primeros años de vida, incluyendo recomendaciones para que las madres previnieran estos problemas en sus hijos. Sus métodos y técnicas estaban basados en la salud, la higiene y la prevención de estos malos, siendo un firme opositor de la cirugía.
Por su parte, J. G. Heine, considerado el padre de la ortopedia mecánica, impuso una orientación más funcional y dinámicas de las deformidades centrada en el aparato locomotor. Hagland considera el aparato locomotor como un conjunto diseñado anatómicamente para los movimientos que tiene que realizar. A través de la formulación de principios como la “teoría de la presión” o la “ley de la transformación” se establecieron las bases para el estudio funcional de las deformidades, con la biomecánica, que combina la ingeniería y la biología.
Con el comienzo del siglo XX empiezan los avances de la cirugía: tenotomía subcutánea, cirugía articular, meniscectomías, artroplastias, resecciones articulares, osteotomía, injertos óseos… Todo ello acompañado del empleo de material metálico para realizar trasplantes óseos y tendinosos.
En la actualidad, la mayoría de intervenciones se realizan a través de la artroscopia, con una visualización directa de la lesión mediante la realización de heridas pequeñas (de un 1 cm de longitud aproximadamente) y el uso de cámaras micro de televisión que incorporan un sistema de iluminación que visibiliza la lesión y emiten por medio de fibra óptica, siendo esta técnica menos invasiva, menor el dolor posoperatorio y minimizando el tiempo de hospitalización.