Son muchas las situaciones complicadas a las que tiene que hacer frente una persona a lo largo de toda su vida. Ya sea por trabajo, por cuestiones personales o por problemas de salud, el manojo de situaciones a las que tenemos que ponerle una solución para evitar que nos afecten de manera física o mental es de lo más variopinto. Ni siquiera las personas más fuertes física o mentalmente están preparadas para afrontar algunos de los problemas que la vida, por desgracia, tiene reservados para ellas. Pelear para que eso no ocurra es la única esperanza.
En España hay muchos hombres y mujeres que tienen ante sí un problema que puede afectar de un modo considerable a su salud mental. Y es que muchos de ellos y ellas no pueden ser padres o madres como consecuencia de un problema de fertilidad. A veces los problemas son de unos y en otras ocasiones de otras. Pero de lo que no cabe ninguna duda es que el problema, cuando llega hasta sus vidas esta situación, es de los dos y son ambos los que tienen que lidiar para terminar con ello.
La donación de óvulos y semen en España es algo que está a la orden del día. La verdad es que esa noticia es suficiente como para mostrar orgullo por nuestro país, pero conviene que analicemos de manera exhaustiva si esto implica necesariamente que se hacen las cosas bien en nuestro territorio. De lo que sí tenemos constancia es de la voluntad de miles y miles de españoles y españolas por donar vida, siendo el nuestro el país en el que más se produce ese tipo de donaciones en toda Europa.
En los párrafos que siguen vamos a centrarnos en lo relativo a la donación de semen en España. Según un artículo publicado en el diario La Razón, un 90% de los españoles no es apto para donar semen. Y es que la donación desmedida de este tipo de sustancia puede traer problemas a un montón de personas que estén pensando en la inseminación como medio para lidiar contra la infertilidad. Conviene tener en cuenta las condiciones higiénicas de dicha sustancia y la salud de la persona que la dona para que no haya ningún tipo de peligro.
Tradicionalmente ese tipo de controles no se ha producido en España. Y es evidente que estábamos tardando en corregir esta situación. Muchas entidades han puesto de su parte para desarrollar una solución al respecto y esa solución parece que por fin ha llegado. Según un artículo publicado en el diario ABC, en agosto de 2017 España estaba ultimando un sistema informático para llevar a cabo un control de las donaciones de esperma que se producen en el interior de nuestras fronteras. Evitar el descontrol en un asunto como estos es idóneo puesto que lleva asociado una mejor gestión de la calidad del semen.
Es evidente que, por cuestiones de salud, no es para nada aconsejable que un asunto tan serio como la donación de semen en España se descontrole. Por suerte esta cuestión ya es cosa del pasado gracias a un buen manojo de entidades que, como Ivi Dono, han puesto su hombro para garantizar todas las medidas de seguridad y de higiene necesarias para que una donación de semen se produzca de manera sanitariamente satisfactoria y cumpla con su función última: dar vida.
Emparejados con Europa
Decíamos en alguno de los párrafos anteriores que España era el país en el que más donación de semen y óvulos había en toda Europa. Lo que nos faltaba para ser una referencia absoluta en esta materia en el Viejo Continente era mejorar las condiciones y el control en el que se producen este tipo de casos, lo cual se ha producido de manera bastante satisfactoria y nos permite considerar que, ahora sí que sí, estamos emparejados con Europa en todos los sentidos. Eso sí que es un motivo grande de orgullo para todos y cada uno de nosotros.
Por desgracia, va a seguir habiendo multitud de casos de infertilidad en el futuro. No cabe duda de que el modo de vida que tenemos en la actualidad afecta a nuestro cuerpo y también lo hace con los óvulos de las mujeres y el semen de los hombres. Ante la incapacidad para prever cualquier tipo de problema, lo mejor es sin duda tener en cuenta que ahora contamos con entidades capaces de combatir esos problemas de un modo en el que nuestra salud y nuestro bienestar no se ponen en riesgo.