Hipoacusia neurosensorial bilateral, la discapacidad invisible

Hipoacusia neurosensorial bilateral

La hipoacusia neurosensorial bilateral es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Es triste saber que, a pesar de ello, esta condición pasa totalmente desapercibida para todas las personas a su alrededor.

Es por ello que esta forma de pérdida auditiva se conoce como la “discapacidad invisible” porque, a diferencia de la sordera total, no siempre es evidente para los demás. Las personas que viven con hipoacusia neurosensorial bilateral enfrentan desafíos significativos en su vida diaria, y es fundamental que como sociedad aprendamos a reconocer y apoyar a quienes viven con esta condición.

¿Qué es la hipoacusia neurosensorial bilateral?

La hipoacusia neurosensorial bilateral es un tipo de pérdida auditiva que afecta ambos oídos y se origina por un problema en el oído interno (cóclea) o en el nervio auditivo que conecta el oído con el cerebro.

Este tipo de hipoacusia se diferencia de otros tipos de pérdida auditiva en algo muy sencillo: además de ser gradual, la persona que la padece no ha perdido al 100% la audición. Aunque leve, continúa teniéndola, si bien no de la misma forma en que la tenemos tú y yo. Mientras nosotros escuchamos palabras o la misma lluvia, ellos escuchan ruido y, entre medio, alguna sílaba. ¡Fíjate tú si es diferente!

El problema reside en los diminutos sensores del oído interno o en el nervio auditivo, lo que afecta la capacidad de las personas para oír sonidos con total claridad.

Esta pérdida auditiva puede ser de aparición repentina o progresiva, y puede ser causada por diversos factores, tales como la exposición prolongada a ruidos fuertes, el envejecimiento, enfermedades, infecciones, lesiones en la cabeza o incluso genética.

La hipoacusia neurosensorial bilateral puede afectar a personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta personas mayores.

Grados de hipoacusia

Los especialistas clasifican esta discapacidad en diferentes grados según la capacidad que una persona tiene para oír los sonidos.

-Hipoacusia conductiva: Se produce cuando hay un problema en el oído externo o medio que impide que el sonido se transmita correctamente al oído interno. Por ejemplo, puede haber una obstrucción en el canal auditivo, como cera acumulada o una infección, o incluso un problema en el tímpano o en los huesecillos del oído medio. En estos casos, el sonido no llega de manera adecuada al oído interno, lo que provoca una pérdida de la transmisión del sonido. Este tipo de hipoacusia suele ser tratable mediante procedimientos médicos o quirúrgicos, y muchas veces es reversible.

-Hipoacusia neurosensorial: Este tipo de hipoacusia, también conocida como hipoacusia perceptiva, se produce cuando hay un daño en el oído interno (cóclea) o en el nervio auditivo que conecta el oído con el cerebro. Puede ser congénita, es decir, estar presente desde el nacimiento, o ser adquirida a lo largo de la vida debido a factores como la exposición a ruidos fuertes, infecciones, lesiones o envejecimiento. En la hipoacusia neurosensorial, las células sensoriales del oído interno están dañadas o no funcionan correctamente, lo que afecta la capacidad para percibir sonidos claros y detallados, especialmente en entornos ruidosos. A diferencia de la hipoacusia conductiva, este tipo de pérdida auditiva suele ser permanente, aunque puede mejorar con el uso de audífonos o implantes cocleares.

-Hipoacusia mixta: Existen problemas tanto en el oído externo o medio (hipoacusia conductiva) como en el oído interno (hipoacusia neurosensorial). Por ejemplo, una persona puede tener una obstrucción en el canal auditivo que dificulta la transmisión del sonido al oído interno y, al mismo tiempo, tener un daño en la cóclea o en el nervio auditivo. Puede requerir una combinación de tratamientos médicos, quirúrgicos y tecnológicos para mejorar la audición.

Efeta, centros auditivos con gran experiencia, nos advierte que estos pueden presentarse en diferentes grados de severidad, desde leve hasta profunda, y cada caso es único en causa y tratamiento.

Por eso, hay que realizar un diagnóstico adecuado y determinar el tipo y el grado de hipoacusia, para elegir el tratamiento más adecuado.

¿Cómo funciona la hipoacusia neurosensorial bilateral?

Ocurre cuando hay daño en el oído interno o en las vías nerviosas que van desde el oído hasta el cerebro.

En el oído interno, la cóclea, que es una estructura en espiral llena de líquido, contiene células pilosas que vibran cuando los sonidos llegan a ellas. Estas vibraciones se convierten en señales eléctricas que el nervio auditivo transporta al cerebro, donde se interpretan como sonidos.

En una persona con hipoacusia neurosensorial bilateral, estas células pueden estar dañadas, o el nervio auditivo puede no funcionar correctamente. Como resultado, el cerebro no recibe las señales adecuadas para interpretar los sonidos.

Dependiendo del grado de daño, la pérdida auditiva puede ser leve, moderada, severa o profunda.

¿Por qué se le llama «la discapacidad invisible»?

Porque, a menudo, no es evidente para las personas que rodean a quien la padece. A diferencia de la sordera total, las personas con hipoacusia neurosensorial bilateral todavía pueden oír algunos sonidos y pueden comunicarse verbalmente, lo que puede llevar a la falsa impresión de que no tienen ninguna dificultad auditiva.

Esta invisibilidad puede generar malentendidos, falta de empatía e incluso frustración tanto para la persona con hipoacusia como para quienes interactúan con ella. Muchas veces, las personas con hipoacusia neurosensorial bilateral experimentan incomprensión en su entorno social y laboral, incluso en su vida familiar o con sus amigos.

Se les puede acusar de ser «despistados», «no estar atentos» o «ser desinteresados», cuando la realidad es que están luchando por entender lo que se les está diciendo. También pueden parecer estar «aislados» o «ser distantes» porque, a menudo, necesitan un esfuerzo adicional para seguir las conversaciones, especialmente en entornos ruidosos o con muchas personas hablando al mismo tiempo.

Este problema se agrava porque, al no ser una discapacidad visible, las personas con hipoacusia neurosensorial bilateral no siempre reciben el apoyo o la ayuda que necesitan.

Es común que no se les ofrezca adaptaciones en el lugar de trabajo o en la escuela, y que no se tomen en cuenta sus necesidades en situaciones cotidianas, como reuniones, eventos sociales o actividades grupales.

La importancia del diagnóstico y la intervención temprana

El problema es que, en muchos casos, las personas pueden no darse cuenta real de que tienen una pérdida auditiva, especialmente si es de grado leve o moderado. Ten en cuenta que, si una persona nace con este padecimiento, dificilmente va a pensar que le ocurre algo. Lo más natural es que piense que escuche como todos los demás.

Por lo tanto, es frecuente que los síntomas se confundan con otros problemas, como falta de atención o problemas de aprendizaje si son niños, o con el «envejecimiento natural», en el caso de los adultos mayores.

Por eso, es fundamental que las personas, especialmente los niños y los ancianos, se sometan a pruebas auditivas periódicas. Un diagnóstico temprano puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de una persona, ya que permite la implementación de intervenciones adecuadas, como el uso de audífonos, implantes cocleares o terapia auditiva.

Además, la intervención temprana puede ayudar a prevenir algunos de los efectos secundarios de la pérdida auditiva, como el aislamiento social, la depresión y la disminución de la calidad de vida. Las personas que reciben tratamiento a tiempo pueden desarrollar mejores habilidades de comunicación y adaptarse más fácilmente a su entorno.

¿Cómo podemos ayudar a las personas con hipoacusia neurosensorial bilateral?

  • Cuando alguien nos dice que tiene una pérdida auditiva, hay que escuchar con empatía y comprender que sus dificultades son reales. No debemos minimizar su experiencia o asumir que están exagerando.
  • En reuniones, eventos sociales o en el trabajo, es esencial crear un ambiente en el que las personas con hipoacusia se sientan cómodas. Esto puede incluir reducir el ruido de fondo, asegurarse de que haya buena iluminación para facilitar la lectura de labios, y hablar de manera clara y en un tono moderado.
  • La tecnología, como los sistemas de amplificación personal y los bucles de inducción magnética, puede hacer que los entornos sean más accesibles para las personas con hipoacusia. Es fundamental fomentar su uso y asegurarse de que estén disponibles en lugares públicos.
  • Una de las mejores maneras de ayudar es educar a otros sobre la hipoacusia neurosensorial bilateral. Esto puede incluir hablar sobre el tema en grupos comunitarios, en el trabajo o en las escuelas, y compartir información en redes sociales.
  • Muchos casos de hipoacusia neurosensorial bilateral no se detectan porque las personas no se hacen pruebas auditivas de manera regular. Es importante promover la importancia de la salud auditiva y alentar a familiares, amigos y colegas a someterse a exámenes auditivos periódicos.
  • Las personas con hipoacusia neurosensorial bilateral a menudo se sienten aisladas debido a las barreras de comunicación. Fomentar un ambiente de inclusión, donde todos sean bienvenidos y tengan la oportunidad de participar activamente, es clave para mejorar su bienestar.

¡Es hora de actuar!

Las personas que viven con esta condición merecen comprensión, apoyo y el reconocimiento de que sus desafíos son reales.

Tenemos la obligación moral y humana de crear para ellos un entorno más inclusivo y accesible, donde todos, independientemente de su capacidad auditiva, puedan prosperar e integrarse.

El simple hecho de ser conscientes de esta condición y mostrar empatía puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien que lucha con la hipoacusia neurosensorial bilateral.

Si conocemos a alguien con pérdida auditiva, hagamos un esfuerzo por incluirlos, por escucharlos y por comprender sus necesidades.

Juntos, podemos construir un mundo donde nadie se sienta invisible debido a una discapacidad.

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