La cara es el espejo del alma, por eso, cuando por dentro no te encuentras bien, se manifiesta en tu exterior. La ansiedad y el estrés, se reflejan en tu rostro. Así que, si quieres estar guapa, no hay nada mejor que relajarse. Porque todos los nervios generados día tras día, el trabajo, la familia y otras obligaciones, pueden acabar por desquiciarte, y eso amiga, no solo repercute en tu sistema nervioso. Tu piel, también se ve afectada por todo ese exceso de tensión. ¿Notas que de un tiempo a esta parte tu piel está mucho más seca de lo normal o te han aparecido pequeños granitos que te recuerdan a la adolescencia? Pues bien, puede que esto se deba a tu estado de salud mental. ¿Quieres saber cómo el estrés y la ansiedad pueden afectar a tu piel? Entonces continua leyendo este post, te resultará interesante.
La estrecha relación entre la salud mental y la salud de la piel
Tienes algo importante y boom, de repente te sale un granito horrible en la mita del rostro. Es que estaba claro, siempre te pasa igual. Así que hayas planeado asistir a una fiesta, un evento de empresa o es tu cumple, te sale un grano justo el mismo día. No, no es la ley de Murphy. Esto se debe al estrés generado los días antes del acontecimiento en cuestión.
La Consulta del psiquiatra Dr. José A. Hernández Hernández, atiende cada día varios casos de ansiedad, un trastorno que afecta a casi la mitad de la población española. El Dr Hernández, trata al mismo tiempo los aspectos físicos y mentales del paciente, apartándose de todo enfoque parcial, que lo único que favorece es un mal diagnóstico, y como consecuencia, el paciente puede agravar su estado de salud. Por eso, tras un diagnostico individualizado, propondrá a cada paciente el tratamiento más adecuado, y si es necesario, psicoterapia más tratamiento farmacológico.
El estrés es capaz de producir o agravar problemas de la piel, porque esta es un reflejo de tus sentimientos o de tu estado de ánimo. La ansiedad una mayor producción de cortisol y adrenalina que, al mismo tiempo va a generar una mayor producción de estrógenos y testosterona, y esto hace que la piel reacciones de formas muy distintas. El cortisol debilita el sistema inmunológico, aparecen granos, urticaria, picores, caída del pelo, aumento de grasa en el cuero cabelludo, sudoración excesiva, rubor o enrojecimiento de la piel, herpes labial, psoriasis, eccemas, dermatitis… Esto es provocado por distintas alteraciones hormonales que la ansiedad provoca en el organismo.
Además, la ansiedad provoca la pérdida del colágeno y del ácido hialurónico, mientras que el cortisol que se segrega es capaz de hacer que su pérdida sea diez veces superior a la normal. Como consecuencia aparecen arrugar o líneas de expresión marcadas y el rostro se ve más apagado. Esto se debe a que el estrés y la ansiedad afecta negativamente al ADN de las células, provocando su envejecimiento de manera acelerada. La piel de las personas estresadas envejece mucho antes.
Vemos, pues, que no sirven de nada todas las cremas, serums y tratamientos cosméticos de todo el mundo, si no hay una buena salud mental. Dormir poco, una de las consecuencias de los trastornos de ansiedad, afecta directamente a la calidad de la piel. Cuantas veces habrás oído que dormir 8 horas diarias constituye el mejor tratamiento de belleza… Cuando tienes ansiedad, entras en bucle, ya que, esta genera insomnio, pero al mismo tiempo, el insomnio genera ansiedad, y así, en un círculo sin fin se va moviendo tu vida. Para un poco, descansa, relájate y busca ayuda profesional.
Los síntomas más comunes de la falta de sueño son las bolsas en los ojos y ojeras, tono apagado en la piel y arrugas marcadas. La piel no llega a renovarse porque el proceso de regeneración se produce a la noche, durante las horas de sueño, y al no dormir, esta no se lleva a cabo.
Algunos tratamientos cosméticos pueden reducir o eliminar estos síntomas del estrés, afirman en Artestética, clínica de medicina y cirugía estética. Con la medicina estética facial pueden reducir o eliminar aquellas pequeñas imperfecciones que han ido apareciendo e tu pie, poniendo a tu tratamientos que mejorarán tu cutis, aportándote una apariencia más juvenil, en función de las características propias de tu rostro, sin necesidad de pasar por el quirófano. De esta forma la recuperación será mucho más rápida, apenas afectará a tu vida y en poquito tiempo, estarás de vuelta a tus obligaciones diarias.