Muchas veces acudir a la oficina se convierte en todo un suplicio. Un lugar en el que casi pasamos más horas que en nuestra propia casa, se tiene que convertir en un sitio sano, saludable y, sobre todo, higiénico. ¿Y esto no pasa? Pues oye, como suele ocurrir en todos los aspectos de la vida, hay de todo. Pero yo tengo que reconocer que en una ocasión, no sabía si el lugar al que iba a trabajar era una oficina o se trataba de una pocilga, con todos mis respetos a los pobres cerdos.
Y es que los animales no saben lo que hacen, pero en este caso, los seres humanos que regían esa oficina, sí lo sabían. Recuerdo que todo comenzó con unos malos olores que procedían de las tuberías. Ahí quedo la cosa, aunque era lamentable. Hasta el punto de que teníamos que ir al baño del bar de abajo para poder hacer nuestras cosas, porque era imposible entrar en ese baño. “Las lluvias que lo mueven todo”, eran las palabras de mi jefe que todavía retumban en mi cabeza. Pues bien, los días fueron pasando, las lluvias dejaron de moverlo todo…y el olor seguía ahí. Pero no se vayan todavía porque aún hay más.
No sabemos si la humedad o lo que fuera, pero una mañana comenzaron a salir en el despacho manchas de moho. Lo que faltaba. Y claro, todos sabemos lo que eso supone, ya que es algo que es nocivo para la salud. A algunas personas, el moho les puede causar congestión nasal, dolor de garganta, tos o sibilancias, ardor en los ojos o sarpullidos. Las personas con asma o que son alérgicas al moho pueden tener reacciones graves. Por citar solo algunas cosas. Pues nada, para nuestro jefe no había problemas. Y eso ya se iría solo. Por supuesto que no se fue.
Todo lo contrario, al moho le gustó tanto nuestra oficina que se quedó para siempre. Y era tan buen ambiente, espero que se note la ironía, que otros decidieron también venirse. En este caso, unos animalitos tan simpáticos como las cucarachas. Sí, ni en el peor de los programas de Alberto Chicote en su Pesadilla en la Cocina. Y ya por eso, no pasamos. Denuncia a Inspección de Salud y denuncia al canto. Mira que le dimos la oportunidad a nuestro jefe, pero nada. Por suerte, en dos meses ya estaba fuera de esa empresa. Y me dolió, pero os puedo jurar que si me fui, fue por los malos momentos que recuerdo de la poca higiene que había.
Y claro, mi regreso al mundo laboral no podía ser de otra manera. Antes de preguntar el sueldo que iba a ganar, pregunté que cómo era la situación de higiene y de salubridad en la empresa. Se quedaron a cuadros, pero cuando lo expliqué lo entendieron. Y es que por suerte es muy fácil, solo es cuestión de tener unos cuantos productos de limpieza y de poner interés. Ante esto, mi recomendación para que no os pase lo mismo, es denunciar la situación, y luego si se puede, tener este tipo de productos en la oficina.
Alfombra desinfectante
Algo tan simple, pero tan eficaz. Una alfombra, impregnada con una solución higienizante o desinfectante, forma una eficaz barrera contra la entrada de microorganismos. Todas las alfombras retienen la suciedad y la humedad depositadas en los zapatos y se pueden personalizar con el logo del cliente. Y un truco que nos indican desde Stock Net Valles, para mantener su eficacia desinfectante, es necesario aplicar periódicamente sobre la alfombra una solución desinfectante o higienizante. Las alfombras se han de lavar a máquina a una temperatura máxima de 40ºC.
Gel hidroalcohólico
Si algo nos demostró el covid y la pandemia, es que en todas las oficinas tiene que haber Gel especialmente diseñado para la higiene profunda de las manos sin necesidad de aclarar. Lo mejor es que tenga un alto contenido alcohólico, superior a 70º reforzado con cloruro de bencil-alquildimetil amonio, ya que esto garantiza una higiene total de la piel y gracias a su pH neutro y sus acondicionadores de la piel, proporciona un efecto rehidratante y nutritivo dejando una vez seco, un tacto suave y sedoso.
Limpiador de aseos
Y sí, por último, el aseo tiene que ser la joya de la corona y tiene que ser lo más cuidado. Por eso, no puede faltar un limpiador específico para las limpiezas diarias de los cuartos de baños en las oficinas. En una sola pasada, elimina fácil y rápidamente los restos de suciedad, cal y jabón, dejando las superficies perfectamente limpias, brillantes y con un agradable perfume.