La diabetes es una enfermedad muy común a día de hoy que no solo repercute en nuestros hábitos de alimentación, sino que tiene serie consecuencias en nuestro organismo en general. Y es que la diabetes puede provocar daños en los nervios y vasos sanguíneos de nuestros pies, que puede reducir la sensibilidad y consecuentemente, la persona afectada puede no llegar a ser consciente de que se está produciendo un daño, de forma que puede llegar a empeorar o no curar nunca. A fin de evitar soluciones drásticas, como la amputación de los pies, se recomienda una revisión diaria de los mismos, con el objeto de localizar posibles ampollas u otras lesiones.
Así, se habrá de prestar especial atención si se encuentran ampollas, úlceras, hematomas, cortes, enrojecimientos, piel excesivamente seca… Y en su caso, habrá que acudir al médico inmediatamente antes de que un pequeño problema pueda convertirse en una severa infección.
¿Qué se puede hacer para evitar el riesgo de lesiones?
La higiene en estos casos es fundamental, y así, las personas diabéticas lavarán sus pies a diario con agua templada y con un jabón especial para pieles sensibles, preferiblemente hipoalergénico. Para controlar la temperatura del agua no deben usarse los pies, pues puede que la falta o el exceso de sensibilidad dificulten su verificación, sino que siempre se hará con el codo o con la mano. Una vez finalizado el baño, no hay que olvidarse de secase los pies con suavidad, sobre todo entre los dedos, a fin de evitar la aparición de hongos, ampolla u otras lesiones. Si es necesario se puede hacer uso de un secador de pelo convencional o bien un calefactor de aire. Tras esto se aplicará una crema hidratante, pero teniendo en cuenta que esta no debe alcanzar la zonas de entre los dedos de los pies. Así mismo, se prestará especial atención al cuidado y corte de uñas, que siempre se realizará tras un previo lavado a fin de ablandarlas. Para ello se realizará un corte recto, y de no ser capaces de realizarlo correctamente se acudirá al podólogo.
En caso de aparecer llagas, hinchazón, enrojecimiento, hormigueo, ardor o sensación de calor, acudir inmediatamente al especialista.
Atención a los zapatos y calcetines
A la hora de buscar un zapato, lo primero que ha de tener en cuenta una persona diabética es que estos sean cómodos y de calidad, a fin de proteger los pies de futuras lesiones. Y en este sentido, destacan tiendas especializadas como Calzados Luz o La Fuensantica, situadas en pleno centro de Murcia, una empresa tradicional y familiar fundada a mediados del siglo XX y dedicada a la venta de calzados desde sus inicios. Aquí están epecializados en calzado anatómico, de plantilla y ancho especial, y en su amplio catálogo cuentan con una gran selección de las mejores marcas de calzado del mercado, además de una amplia colección en zapato de novia y novio sin olvidar por supuesto, de la sección especial para madrina y padrino. Su labor de dedicación a lo largo de los años, ha sido recompensada al recibir el Premio Mercurio 2000 al Comercio en Junio del 2001 por la Cámara Oficial de Industria, Comercio y Navegación, lo que les ha hecho seguir trabajando para sus clientes y clientas con la ilusión del primer día.
El calzado ha de quedar ajustado, pero sin llegar a apretar y antes de calzarse es necesario revisar los zapatos para comprobar que no hay piedras, arenilla u otros elementos que pudieran dañar los pies. Se recomienda empezar a usarlos poco a poco tras el momento de su compra, y que de esta forma, ir ablandando el material, sobre todo durante las dos primeras semanas.
Es conveniente no usar siempre el mismo tipo de calzado, pero nunca utilizar sandalias o chanclas. Así mismo se prestará atención al cuidado de los calcetines, que han de encontrarse en todo momento, limpios y secos.